1) Saber que el proceso no acaba cuando el cliente ha comprado, al contrario, es ahí cuando empieza todo, cuando hay que generar el efecto wow, cuando la fase de activación se convierte en algo estratégico para cualquier empresa, cuando debemos de mostrar al cliente que se siente arropado por la empresa, que esto acaba de empezar.
Nos enseñaron el famoso modelo AIDA, pero no nos explicaron que en proceso no acaba en la ahí, sino todo lo contrario,
comienza lo más bonito, convertir a nuestros [email protected] en recurrentes, en embajadores de marca, ese es el verdadero éxito de cualquier ciclo comercial que un cliente sea recurrente y sea un comunicador de tu marca.
Innumerables ejemplos, pero destaco a Nike, Laagam o Blue Banana como esas empresas muy focalizadas en lograr el efecto wow cuando recibes un pedido suyo.