EcommLetter #217: Los agentes IA no van a ver tu diseño bonito ni tu copy épico cuando compren
Van a escanear tus datos, comparar tu precio final y decidir en milisegundos. Así es como prepararte.
Hoy te cuento cómo será comprar online cuando tu asistente IA haga el trabajo sucio por ti.
No para todo lo que compres. No para todos los compradores. Pero sí para librarte de la mitad del scroll mental que ahora te ocupa la cabeza cuando quieres comprar algo.
Ven conmigo a dentro de 12-18 meses…
Vas por tu día y de repente te das cuenta: llevas una semana sin pensar en “la compra”.
Tu asistente sabe que te queda café para tres días. Que viajas el martes y la nevera puede aguantar vacía. Que a tu hijo le han crecido los pies y solo tiene unas zapatillas que le valen.
Y vienen las lluvias.
Mientras tú trabajas o ves una serie, detrás del telón tus agentes IA se mueven como mayordomos silenciosos. Comparan precios reales. Aplican cupones que funcionan de verdad. Te traen tres opciones para lo que necesitas, sin basura.
Tú solo ves un resumen al final del día: “Zapatillas nuevas para el niño. Mejor precio, llega mañana, cambio gratis si no le van bien.”
La sensación es como pasar de conducir con mapas de papel a llevar piloto automático con checkpoints. No pierdes el control. Solo dejas de perder el tiempo.
O le dices a tu agente, de viva voz: “Búscame zapatillas para correr, pero sin colores chillones y que no me cobren la devolución si no me gustan.” Y a partir de ahí, cada compra se siente como un encargo bien hecho.
Menos scroll infinito. Menos dudas. Menos popups del infierno.
Más “misión cumplida”.
Las ofertas dejan de ser un campo de minas.
Los agentes IA no se tragan el “desde 9,99€*” como si fuera verdad. No caen en lo patrones oscuros de las webs. Te muestran el coste final con envío, instalación y devoluciones antes de decirte “compensa esta tienda”.
Se acabaron las sorpresas en el checkout. Las decisiones se vuelven rápidas. Y tranquilas. Y delegables.
En el pago casi ni piensas.
Das un “mandato” una vez —como dejar las llaves al conserje— y tus agentes lo usan dentro de los límites que tú marcaste:
Tope de gasto mensual. Marcas vetadas. Confirmar si supera X euros.
Si algo se sale del marco, salta una alerta clara. Y si hay un problema, todo tiene caja negra: quién decidió, con qué datos, a qué hora, por qué. Reclamaciones más cortas. Nada de “pase usted mañana”.
La posventa cambia todavía más.
Tu agente recuerda tallas. Sabe que los niños van creciendo cada seis meses. Hace inventario de repuestos, caducidad de filtros de la cafetera, fechas de garantía.
Cuando algo se rompe, abre el parte solo. Coordina la recogida. Te sugiere reparación o reemplazo según lo que te compense.
De nuevo, como el conserje del edificio, que ya tiene las llaves y la lista de proveedores de confianza. Y se encarga de que todo ocurra sin que te enteres.
Privacidad y control dejan de ser un problema.
Esto no va de aceptar popups de cookies; va de resultados. Con tu agente vigilando tus intereses, ya no cedes tus datos personales a cambio de descuentos. Puedes decir “no uses mi historial de salud para ofertas”, “comparte mis medidas, pero sin mi nombre”, “olvida esta preferencia”, “sé anónimo en esta compra”.
Y te llevas tu perfil de compra si cambias de plataforma.
Como cuando te llevas tus fotos a otro móvil. Portabilidad de verdad, por fin útil.
¿Miedos? Claro que sí.
¿Y si el agente compra mal? ¿Y si me la lía con algo importante?
Por diseño, el sistema agéntico aprende rápido con correcciones simples: “esto no, prefiero aquello”. Tienes botón rojo para deshacer. Puedes bloquear tiendas o categorías con dos clics.
Como cuando el GPS se equivoca y tú vuelves al camino sin drama. Solo que ahora el GPS toma notas para no repetir el fallo en la siguiente ruta.
Al usuario el ecommerce agéntico le sabe a tiempo recuperado.
Menos tiempo haciendo clicks y sufriendo ineficiencias del sistema. Más tiempo para lo que importa.
Tú marcas el tono, los agentes afinan, y la compra online sucede sin ralentizar tu día. Y con un grado de eficiencia que tú mismo no conseguirías.
En definitiva: pasamos de hacer compras a encargar resultados.
Yo digo “quiero poder correr mañana y no tener ampollas al día siguiente” y mis agentes se encargan del resto.
Pero tú vendes online. Esto te afecta más de lo que crees
Hasta aquí la película bonita para el comprador.
Ahora toca hablar de tu lado de la ecuación. Porque si eres de los que vende online, esto no es ciencia ficción lejana.
Es el trailer de lo que viene en los próximos 12-18 meses.
Si los agentes IA empiezan a tomar decisiones de compra, tu web deja de competir por atención humana. Compite por ser elegida por una máquina.
Y las máquinas no se dejan seducir por diseños bonitos ni por copywriting épico. Les importa otra cosa.
Cinco cosas que puedes hacer para prepararte para el ecommerce agéntico
1. Haz que tus datos sean legibles por máquinas
Los agentes IA van a escanear tu catálogo como si fuera un examen. Si tu información de producto es un caos, pierdes.
Qué hacer ahora:
Revisa tus fichas de producto. Datos estructurados, claros, completos
Usa schema markup en tu web (sí, ese código que llevas años ignorando)
Asegúrate de que tus precios finales están visibles sin hacer clic en ningún sitio
Es como preparar tu tienda para una inspección, pero el inspector no perdona.
Ah, y tenemos que hablar del nuevo estándar MCP, a fondo. Te interesa mucho. No te preocupes que lo haremos aquí, en la EcommLetter.
2. Transparencia radical en costes y políticas
Los agentes no van a adivinar tus condiciones. Las van a leer literalmente.
Qué hacer ahora:
Costes de envío claros desde la primera pantalla.
Política de devoluciones sin letra pequeña.
Garantías visibles y fechadas.
Stock real, no “últimas unidades” ficticias.
Si escondes costes hasta el final del checkout, el agente IA va a descartarte antes de que el usuario te vea. Deja todo lo que has aprendido sobre patrones oscuros de marketing y dale luz a TODO.
3. Construye una reputación verificable
Las máquinas van a priorizar señales de confianza objetivas.
Qué hacer ahora:
Reseñas reales y respondidas (las fake se detectan cada vez mejor).
Certificados de seguridad actualizados.
Tiempo de respuesta en atención al cliente medible.
Historial de cumplimiento en entregas.
Es como tu scoring de crédito en los bancos, pero para vender online.
4. APIs abiertas y compatibilidad
Si tu sistema es una fortaleza cerrada, los agentes van a pasar de largo.
Qué hacer ahora:
Facilita la integración con plataformas de comparación.
Trabaja con marketplaces que ya estén preparando infraestructura agéntica.
Considera qué datos puedes compartir de forma segura para mejorar la experiencia.
Piensa en ello como dejar que Google Maps encuentre tu tienda física. Si no estás en el mapa, no existes.
5. Prepara experiencias para ayudar a agentes y a humanos
Los agentes van a buscar opciones, pero los humanos van a decidir en las compras importantes. Eso no cambiará (de momento).
Qué puedes hacer ahora:
Identifica qué productos necesitan más contexto o asesoramiento antes de ser comprados.
Crea contenido que explique diferencias entre opciones (comparativas honestas) y dé mucho contexto al respecto.
Ten un sistema de atención preparado para consultas complejas que vengan derivadas de agentes IA de los compradores.
Es como tener un vendedor en tienda que sabe cuándo dejar espacio y cuándo intervenir.
El ecommerce va a cambiar más rápido de lo que crees
Todos hemos visto los titulares sobre la caída del tráfico orgánico desde Google. Un 30% menos en algunos sectores.
Duele, sí.
Pero es un chiste comparado con lo que viene.
Porque cuando los usuarios empiecen a delegar sus compras en asistentes IA, el tráfico no va a caer un 30%. Va a transformarse por completo.
Ya no vas a competir por aparecer en la primera página de Google.
Vas a competir por estar en la lista corta de tres opciones que un agente IA le presenta a su usuario. Porque, compre o no compre el agente, lo que seguro va a hacer el usuario es preguntarle en la fase de investigación y decisión.
Y esa lista se construye con criterios que todavía estamos aprendiendo a entender.
No se trata de si va a pasar. Se trata de cuándo.
Y cuánto de preparado vas a estar cuando pase.
Algunos vendedores van a entrar en pánico cuando vean que su tráfico se evapora. Otros ya estarán optimizando para este nuevo juego.
La diferencia entre ambos no es suerte. Es preparación.
Por eso existe EcommLetter PRO.
Dentro, estamos a tope con implementación de IA en ecommerce.
No teoría bonita. Casos reales, herramientas que funcionan, estrategias que puedes aplicar esta semana.
Porque esta nueva etapa del ecommerce ya ha empezado.
Y no solo van a comprar humanos.
Si quieres estar del lado de los que vieron venir la ola en lugar de los que se la comieron, únete a EcommLetter PRO.
Nos vemos por las avenidas del ecommerce agéntico.
Un saludo,
Pablo Renaud
Muy bueno 😃. Lo incluimos en el diario 📰 de Substack en español?