Cómo pasar de dropshipper quemado a dueño de marca DTC: el curioso método de los calcetines desparejados.

Mientras todos competían en precio, vendiendo lo mismo, Carlos se convirtió en "el pesado de los calcetines". Su cuñado le dijo que buscara ayuda profesional (psicólogo). Te cuento lo que pasó.

Hoy, estando en un evento muy chulo sobre venta en marketplaces, me he acordado de la historia de Carlos. Déjame que te la cuente:

Carlos llevaba varios años vendiendo online productos de otros. Mochilas, auriculares, productos en tendencia… lo típico que encuentras en Alibaba, te traes aquí y revendes con un margen ridículo. En su mejor mes de ventas, había hecho 500 euros de beneficio. Y eso trabajando 10 horas al día, sábados y muchos domingos también.

"Estaba quemado con el ecommerce. Competía con miles de tiendas idénticas vendiendo la misma basura. No hacía más que mover cajas."

Me lo contó esto hace unos meses, en otro evento, después de una charla sobre venta en marketplaces.

Ahora Carlos saca por la puerta de su almacén miles de pedidos al mes. Tiene su propia marca de calcetines. Sí, calcetines.

Vas a flipar con la historia...

"Antes de lanzar nada, me obsesioné con un problema concreto entender por qué la gente odiaba tanto perder calcetines. Pensé que era una tontería, pero algo me decía que ahí había negocio."

Carlos se convirtió en el pesado de los calcetines.

Preguntaba a todo el mundo. En la cola del supermercado, en el gimnasio, en bodas familiares… incluso se iba a las tiendas esas llenas de lavadoras que puedes usar por lavados.

Su cuñado, en un punto, le dijo que dejara ya el tema y buscara ayuda profesional.

¡Le dijo que fuera al psicólogo!

"Hablé con más de 2.000 personas. En serio, llevaba una hoja de Excel. Me colaba en grupos de Facebook de amas de casa, foros de running, hasta en reuniones de vecinos preguntaba."

Y entonces lo vio. El patrón que nadie más había detectado.

"La gente no odiaba perder calcetines. Odiaba la presión social de tener que ir perfectamente conjuntado. El calcetín desparejado era como llevar un cartel de 'soy un desastre'."

Todos los competidores vendían la misma solución: comprarse nuevos packs de calcetines, vendidos por pares, para reponer los calcetines perdidos.

Carlos dio la vuelta al problema:

"Lancé packs de calcetines intencionadamente diferentes pero que combinan entre sí. No hay dos iguales. Es imposible desparejarlos porque ya vienen así."

Su madre pensó que había perdido la cabeza. Su cuñado, ni te cuento.

Quién iba a pagar por calcetines que no hacen juego.

El primer mes vendió 50 packs, creo recordar. El segundo mes, unos 300.

Ahora, déjame que te cuente cómo es el negocio de Carlos ahora:

En un día normal, Carlos envía pedidos a Alemania, Francia, Italia... miles de pedidos mensuales de gente que encontró en su producto la solución perfecta.

Carlos decía a menudo:

"Mientras vendía productos de otros, competía en precio.
Ahora vendo tranquilidad mental a mis clientes, a 19 euros el pack."

La enseñanza del maestro Yoda

Me acordé de esa escena en El Imperio Contraataca cuando Yoda le dice a Luke que debe desaprender lo que ha aprendido.

Carlos tuvo que desaprender que los calcetines deben ir por pares.

Pasó cuatro meses preguntando antes de fabricar un solo calcetín. Cuatro meses que sus amigos consideraron una pérdida de tiempo. Los fabricantes, de primeras, tampoco lo entendieron. Tuvo que insistir mucho, mucho.

Ahora factura más en un día que antes en un año con productos de terceros.

Otra de sus perlas de sabiduría:

"El mercado no necesitaba más calcetines.
Necesitaba permiso para no ser perfecto."

Así que… aplícate tú el cuento:

La próxima vez que pienses en lanzar algo online,
no empieces por el producto.
Empieza por la conversación.

Por la pregunta incómoda que nadie hace.
Por el problema que todos asumen como normal.
Ahí encontrarás ORO.

Y, ¿sabes qué? tengo algo ideal que compartir contigo.

La METODOLOGÍA PERFECTA para hacer esto: