Dos Metros
Es la distancia entre un plan perfecto y un desastre absoluto.
Hoy en la Ecommletter, para cerrar el año, te traigo lecciones de estrategia ecommerce desde una galaxia muy, muy lejana.
Estamos en una galaxia muy, muy lejana.
Un grupo de pilotos rebeldes, pilotando naves que parecen sacadas de un desguace, se prepara para atacar la estación espacial más poderosa jamás construida.
La Estrella de la Muerte.
Una esfera metálica imponente, del tamaño de una luna, capaz de destruir planetas enteros con un solo disparo. Es el proyecto más ambicioso del Imperio Galáctico. Años de construcción en secreto. Recursos ilimitados. Miles de ingenieros. Millones de soldados asegurando la operación.
Con ese arma definitiva, La victoria imperial parecía inevitable.
Pero los rebeldes habían encontrado algo. Algo muy pequeño.
Enterrado en los planos de la estación robados, un ingeniero disidente había diseñado una vulnerabilidad deliberada. Un puerto de escape térmico. Un conducto de ventilación de apenas dos metros de diámetro, que conectaba directamente la superficie de la estación con el reactor principal.
Dos metros.
En la masiva superficie de una estación de 160 kilómetros de diámetro.
Si alguien conseguía acercarse lo suficiente, esquivar las defensas, alinearse perfectamente con el puerto y colar por ahí un explosivo guiado, que bajase hasta el reactor principal, podría suponer el desastre para la Estrella de la Muerte.
Sin embargo, aún sabiendo de la existencia de ese diminuto conducto, era técnicamente imposible acertar un disparo así. Ningún ordenador de combate podía calcular ese ángulo a esa velocidad.
Ningún piloto loco se podría acercar siquiera a ese lugar.
Así que nadie en el Imperio le prestó mucha atención a ese pequeño detalle.
Mientras tanto, un joven granjero rubio, de un planeta desértico llamado Tatooine, volaba hacia la Estrella de la Muerte a máxima velocidad.
Sin experiencia real de combate. Sin gran experiencia como piloto. Sin plan de escape. Con una nave vieja y acompañado un droide que hacía lo que podía para salvar el día.
Pero Luke contaba con algo que el Imperio no tenía: la capacidad de ver lo pequeño.
De confiar en algo que no podía medirse.
De confiar en La Fuerza.
Así que apagó el ordenador de puntería.
Respiró.
Cerró los ojos.
Y disparó.
El torpedo entró limpio por el puerto de escape térmico. De dos metros de diámetro.
Pocos segundos después, la Estrella de la Muerte era una bola de fuego.
El proyecto más caro y ambicioso de la galaxia, destruido por un solo disparo en el lugar correcto.
El resto ya es historia.
Historia que acabó con el Imperio Galáctico y su malvado Emperador.
Ya sé que te sabías esta historia, pero tal vez no te habías parado a pensar en esos dos metros. En la importancia de lo pequeño.
¿Sabes dónde veo yo una historia similar?
Cada vez que llega enero, veo a muchos negocios online comportarse como el malvado Imperio.
Planificación estratégica para todo el año. Documentos de 40 páginas infumables (ahora con la IA, ni te cuento). Roadmaps hasta diciembre con cada casilla rellenada. Presupuestos calculados al céntimo. Reuniones para planificar reuniones.
Y los objetivos, más ambiciosos que la Estrella de la Muerte:
Conquistar tres marketplaces antes del verano.
Rediseñar la web completamente.
Cambiar de ERP (¡a la vez! ¿estamos locos?).
Internacionalizarse a Francia y Alemania.
Lanzar una línea de producto nueva.
Lanzarse a TikTokShop de cabeza.
Planes imperiales.
Que suenan impresionantes en la presentación de enero ante el Consejo.
Y que en marzo ya están muertos, enterrados bajo el día a día.
Porque el día a día siempre gana.
Porque ejecutar una estrategia imperial requiere tener esos recursos imperiales ilimitados.
Y la mayoría de nosotros, vendiendo online, no tenemos esos recursos.
Pero ese no es el único camino.
Los rebeldes no ganaron construyendo una Estrella de la Muerte más grande que su competidor. Ganaron encontrando el puerto de escape térmico.
Encontrando la vulnerabilidad pequeña que nadie estaba mirando.
En ecommerce, esos pequeños agujeros están por todas partes:
Es el atributo de producto que ningún competidor está usando bien en sus fichas de Amazon.
Es la keyword de longtail que tiene 500 búsquedas al mes y cero competencia, porque todos están peleando por la keyword principal.
Es la pregunta que tus clientes hacen una y otra vez, y que ninguna marca del sector responde con claridad. Y que ChatGPT sí, apuntando a tu producto.
Es el país europeo donde tu producto encajaría perfectamente, pero nadie se ha molestado en traducir cuatro fichas de producto y lanzar una campaña de Ads para probar.
Es el competidor grande que acaba de quedarse sin stock de su producto estrella, dejando un hueco de tres semanas que podrías llenar tú con tus ofertas en Google Shopping.
Es el nicho vertical que las marcas establecidas consideran “demasiado pequeño para molestarse”. Y que lo va a petar en 2026.
“Pequeño” para los Imperios del ecommerce.
Perfecto para un torpedo bien apuntado por unos locos rebeldes.
El Imperio perdió porque pensaba en grande.
Tan en grande que lo pequeño se volvió invisible.
Y esa, precisamente, es la ventaja del rebelde.
No necesitas más recursos. Necesitas ver lo que otros no están mirando.
No necesitas un plan perfecto. Necesitas un torpedo y la decisión de dispararlo.
No necesitas meses de preparación. Necesitas velocidad en la toma de decisiones.
La velocidad gana a la planificación.
En nuestro mundo es así siempre.
Hay algo que la película no cuenta.
Luke Skywalker no estaba solo el día que destruyó la Estrella de la Muerte.
Tenía a Han Solo y Chewie en el Halcón Milenario, cubriéndole las espaldas en el último segundo.
Tenía a la Princesa Leia coordinando toda la operación.
Tenía a un viejo maestro Jedi, verde y arrugado, susurrándole al oído en el momento clave.
Tenía una base rebelde llena de gente que había apostado todo a esa misión suicida.
El torpedo lo disparó él. Pero la Rebelión lo hizo posible.
En EcommLetter llevamos tiempo construyendo algo parecido.
Un grupo de gente que vende online y que no quiere jugar a ser el Imperio.
Que prefiere la rebelión de los pequeños.
Que se empeña en buscar esos puertos de escape térmico para triunfar.
Y se esfuerza en compartir lo que funciona.
En avisar de lo que no.
En detectar esas pequeñas oportunidades que solos no veríamos.
La Rebelión está en la EcommLetter PRO
No es un curso.
No son más contenidos en un universo de contenidos infinito.
No es tampoco una mastermind de esas, con nombre rimbombante.
No promete ventas de 7 u 8 dígitos (qué manía con hablar de las ventas así, demonios!!)
Es una Comunidad. Es una base rebelde de todos los que vendemos online con esta mentalidad.
Pequeña. Operativa. Con gente que está en las trincheras del ecommerce todos los días. Y que comparte lo que sigue aprendiendo a diario.
Si 2026 es el año en que quieres dejar de planificar como el Imperio y empezar a ejecutar como un rebelde, igual tiene sentido que te unas a nosotros.
Da igual que vendas en tu canal, o en marketplaces, o en RRSS.
Da igual que sea marca propia o ajena. Grande o pequeña.
Es un tema de mentalidad.
Porque ya lo dijo el maestro Yoda, buen conocedor de cómo funcionan las cosas:
“Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes.”
Y yo añado:
“No lo intentes solo. Hazlo en compañía de otro rebeldes”.
Te esperamos en la Rebelión del Ecommerce:
El momento de disparar ese torpedo es AHORA.
Antes del 31 de diciembre.
Hazlo.
Suscríbete ahora, con el mejor descuento, que acaba al finalizar 2025:
Me hará mucha ilusión ver el email de confirmación de que te has unido a la Rebelión.
Un saludo,
Pablo Renaud.







